Durante su gestión, el FMLN aseguró que la mayoría de las escuelas estaban en “buenas o aceptables condiciones” y justificó la falta de inversión en infraestructura educativa. Según sus cifras, el 55 % de escuelas estaba en buen estado, el 40 % en condiciones aceptables y solo el 5 % en malas condiciones, mientras anunciaban un plan de 115 millones de dólares para supuestamente reparar 800 centros educativos. Sin embargo, la mayoría de esos proyectos nunca se concretó y las escuelas siguieron deteriorándose.
En contraste, el Gobierno del presidente Nayib Bukele está transformando la educación pública con hechos. Como parte del programa #DosEscuelasXDía, se inauguraron 70 escuelas simultáneamente, mientras 254 más están en construcción. Sobre esto, el mandatario señaló:
“70 escuelas nuevas, reales, no renders. No son maquetas, no son promesas, no son intenciones.”
Con esta afirmación, Bukele resaltó que a diferencia de los anuncios pasados, estas escuelas son proyectos concretos y funcionales, que ofrecen infraestructura de calidad para miles de estudiantes.
Además, el presidente contextualizó la magnitud del cambio que se está logrando en comparación con gestiones anteriores:
“Tenemos que comparar nuestro país de ahora con nuestro país de antes. Esos son los puntos de comparación: antes, ahora y después.”
Bukele hizo énfasis en que la transformación no se limita a la infraestructura:
“Estamos mejor que El Salvador de antes. Hay gente que dice ‘solo la seguridad’, pero además hoy estamos en la inauguración de un tema de educación, y no es solo una escuela.”
El mandatario también recordó el estado de abandono heredado:
“El hecho de que haya escuelas todavía en situación fea, triste, abandonadas es la prueba del país que nos heredaron.”
Y concluyó con una reflexión sobre el impacto que tienen las nuevas escuelas en los estudiantes:
“Una escuela bonita inspira grandes sueños.”
El contraste es evidente: mientras el FMLN justificaba la inacción alegando que las escuelas estaban en condiciones aceptables, Bukele reconstruye y moderniza la infraestructura educativa, entrega computadoras, tablets y becas universitarias, y garantiza un sistema educativo más digno y equitativo para las nuevas generaciones de salvadoreños.
