Cuarenta estudiantes fueron capturados por la Fiscalía General de la República (FGR), acusados de intentar reorganizar una estructura delictiva dentro de varios institutos públicos de San Salvador. Se trata de la pandilla autodenominada «La Raza Estudiantil», que según las investigaciones había sido neutralizada años atrás.
Los delitos atribuidos incluyen agrupaciones ilícitas, amenazas, agresiones sexuales y consumo de drogas, actos que habrían sido cometidos dentro de los recintos escolares. Las capturas fueron realizadas durante operativos simultáneos en el INFRAMEN, el INTI, el Instituto Albert Camus y el Instituto de Acción Cívica Militar, así como en diferentes viviendas vinculadas a los involucrados. Es el segundo caso similar reportado por las autoridades en menos de un año.
El fenómeno de las pandillas estudiantiles ha sido identificado como una forma de reorganización delictiva que busca replicar estructuras criminales dentro del sistema educativo. Expertos en criminología advierten que los centros escolares, por su dinámica social, pueden convertirse en entornos vulnerables para el reclutamiento.
“El Estado debe de hacer un trabajo en las escuelas, en las comunidades que fueron marcadas por el tema de la violencia. Debe darse un salto de calidad en la atención psicológica, no solo preventiva, sino también clínica”, declaró David Rodríguez, de Bases Magisteriales.
Representantes del gremio docente también destacan la necesidad de fortalecer la supervisión, la orientación psicoeducativa y la presencia de mecanismos de intervención temprana, especialmente en zonas históricamente afectadas por la violencia.
En este contexto, se considera clave el rol de las familias en la prevención. Las recomendaciones incluyen supervisar el uso de aplicaciones móviles, propiciar espacios de confianza en el hogar, dedicar tiempo de calidad a los hijos y acompañar el proceso educativo con orientación constante.