La transformación que ha tenido El Salvador en los últimos seis años ha sido “la más rápida de la historia moderna”, así lo sostuvo el mandatario Nayib Bukele, durante el discurso en el marco del primer año del segundo mandato.
Para conseguir este resultado, las dos legislaturas en la que el partido Nuevas Ideas ha tenido mayoría han jugado un rol importante al darle gobernabilidad, ya que él aseguró que la legislatura que era dominada por la oposición bloqueaba las iniciativas del Órgano Ejecutivo “de la manera más perversa posible”.
“El Salvador de hoy no se parece en nada al que recibimos tras décadas de terror y explotación. El país que heredamos era independiente solo de nombre, sus calles estaban controladas por pandillas y su gobierno en manos de los verdaderos gobernantes que siempre estaban a la sombra. Ahora, El Salvador le pertenece al pueblo”, afirmó Bukele en la sesión solemne realizada en el Teatro Nacional de San Salvador.
El mandatario recordó que el principal problema que heredó cuando asumió la presidencia por primera vez, en 2019, fue la inseguridad provocada por las pandillas. Estas estructuras criminales asesinaron a más de 200 mil personas y convirtieron a la nación en la más violenta del mundo.
Según Bukele, el país era controlado por personas sin ninguna intención de ayudar y que sostenían que el crimen era una parte necesaria de la sociedad y que derrotarlo era algo imposible, por eso las estrategias que diseñaron para intentar enfrentarlo nunca funcionaron.
Eso cambió cuando su administración puso en marcha el Plan Control Territorial y entró en vigencia el régimen de excepción, medidas exitosas que han permitido a las autoridades y a los salvadoreños recuperar el país que, por décadas, estuvo secuestrado por los criminales que ahora están tras las rejas.
“Hace seis años el mundo había perdido la esperanza en nosotros; hace seis años empezamos a recuperar el país. Ahora, El Salvador ya no le pertenece a los actores extranjeros ni a sus títeres locales; ahora el mundo habla de El Salvador y del milagro que hemos logrado”, apuntó el mandatario.
El presidente reconoció que este logro —que ya está inspirando a otras naciones— ha requerido tiempo, paciencia, sacrificio y confianza, ya que El Salvador venía de ser saqueado sistemáticamente y tenía una única política pública real: el miedo.