El Congreso del Perú aprobó este viernes la destitución de Dina Boluarte como presidenta de la República, tras declararla “incapaz moralmente” para continuar en el cargo. La decisión fue respaldada por 118 votos a favor, cuatro en contra y ninguna abstención, en una sesión que duró menos de una hora y que marcó el fin del gobierno iniciado en diciembre de 2022.
Boluarte no asistió a la sesión parlamentaria convocada para ejercer su derecho a defensa, lo que fue interpretado por legisladores como una falta de voluntad política para responder a las acusaciones en su contra. Su salida se da en medio de una profunda crisis social, con índices récord de inseguridad, múltiples investigaciones fiscales por presunta corrupción y un creciente aislamiento político.
Entre los argumentos de la moción de vacancia presentada por diversas bancadas se incluyeron la ineficiencia del Ejecutivo frente al avance del crimen organizado, las denuncias por enriquecimiento ilícito en el caso conocido como “Rolexgate”, y las irregularidades detectadas en la declaración patrimonial de la mandataria. De acuerdo con la agencia Reuters, la reciente escalada de violencia —agravada tras un tiroteo en un concierto en Lima— detonó el consenso parlamentario para su destitución.
Tras la votación, el presidente del Congreso, José Jerí, asumió de manera inmediata como jefe de Estado interino, en cumplimiento de la línea de sucesión establecida por la Constitución. Jerí anunció que su gestión será transitoria y que se convocarán elecciones generales en abril de 2026 para elegir un nuevo gobierno.
La agencia AFP reportó que la destitución se realizó “en un contexto de creciente descontento ciudadano y desconfianza en las instituciones públicas”. Boluarte enfrentaba además tres denuncias constitucionales pendientes: por violaciones a los derechos humanos durante las protestas de 2022 y 2023, por presunto cohecho en la recepción de joyas de lujo, y por encubrimiento en la fuga del exgobernador Vladimir Cerrón.
Según Infobae, la moción fue la cuarta presentada en el último año, y la primera que alcanzó la mayoría requerida para remover a la mandataria. Aunque Dina Boluarte aún podría recurrir la decisión ante el Tribunal Constitucional, expertos coinciden en que la vacancia ya tiene efectos inmediatos e irreversibles.
Con esta decisión, Perú suma seis presidentes destituidos o renunciantes en menos de una década, reflejo de la inestabilidad política que ha caracterizado al país en los últimos años.