Una nueva escalada de violencia golpeó este martes 10 de junio al suroccidente de Colombia, donde al menos 14 atentados se registraron en distintos puntos de los departamentos de Cauca y Valle del Cauca. Los hechos, que dejaron hasta el momento un saldo de dos policías asesinados y ocho civiles heridos, son atribuidos a las disidencias de las FARC al mando de Iván Mordisco.
Las acciones violentas incluyeron la detonación de motos cargadas con explosivos en Cali, carros bomba en Corinto y El Bordo, ataques con drones en El Patía, cilindros bomba en vías estratégicas como Jamundí-Timba y Cali-Aeropuerto Bonilla Aragón, y atentados contra estaciones policiales en Morales, Toribío, Potrerito y Buenos Aires. También se reportaron hostigamientos armados en Jamundí, Timbiquí, Caloto y Buenaventura.
Uno de los hechos más graves fue la explosión de una motocicleta bomba frente a una estación policial en Cali, que coincide con la preparación de la visita del presidente Gustavo Petro a la capital del Valle del Cauca. En paralelo, en el sector de Villa Rica fue volado un peaje, donde un patrullero fue asesinado. En los barrios Meléndez y Los Mangos de Cali también se reportaron explosiones, con víctimas civiles.
Esta oleada de violencia ocurre a pocos días del atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue baleado durante un mitin político en Bogotá por un menor de 14 años. La Fiscalía colombiana investiga si los recientes ataques forman parte de un plan organizado con fines desestabilizadores en el marco del proceso electoral rumbo a 2026.
Las Fuerzas Militares y la Policía mantienen operativos en toda la región afectada, mientras las autoridades locales han ordenado cierres viales y refuerzos en zonas estratégicas ante posibles nuevas acciones armadas. La población permanece en estado de alerta.