Con apenas 21 años, Valeria Vega debutó recientemente con una colección completa inspirada en el desierto y con talento 100 % de Santa Ana.
Valeria estudió Diseño de Moda en el Instituto Marangoni de París y acaba de lanzar su colección “ARRK”, que fusiona lo salvaje con lo sofisticado.
Desde que tenía 10 años, Valeria Vega lo tuvo claro: su destino era el mundo de la moda. Sin plan B ni margen para la duda, la joven diseñadora salvadoreña ha cumplido su promesa de niñez y hoy, a punto de cumplir 22, comienza a ver su sueño convertido en realidad.
En entrevista para el periódico Diario El Mundo desde París, Francia, la talentosa joven compartió su propuesta “ARRK” —una colección que fusiona lo salvaje con lo sofisticado en un universo desértico, futurista y minimalista— ha captado miradas en una de las capitales más exigentes del diseño. Para Vega, su colección representa el desierto, la ruta, el silencio y la transformación.
Su apuesta por el lujo contemporáneo, la artesanía local (hecha en Santa Ana) y las siluetas audaces la posicionan como una promesa salvadoreña en la moda global.
Valeria estudió Diseño de Moda en el Instituto Marangoni de París y actualmente estudia una Maestría en Promoción de Moda, Comunicación y Medios Digitales.
¿De qué se trató tu propuesta en el desfile?
Mi propuesta fue una declaración visual sobre una dualidad entre lo salvaje y lo sofisticado. Mi colección se llama “ARRK” y viene inspirada de un viaje que hice el año pasado al desierto. Entonces, es básicamente un universo desértico, futurista y minimalista que tiene referencias al cuerpo humano. ARRK es una reinterpretación personal de Arrakis, el planeta desértico de Dune. El nombre nace de un viaje que hice a las dunas, una experiencia real que inspiró toda la colección.
Fue una colección completa para la que utilicé muchas telas y cueros completamente naturales.
Presenté muchas siluetas super oversize unisex y con piezas claves, como abrigos súper grandes y escultóricos y pantalones de mucho volumen supergrandes. También tops que revelan mucho el cuerpo de una forma superelegante, pero también metiéndole un poco el estilo urbano, que es lo que me representa a mí como Valeria y como diseñadora.
Todo está pensado desde una mirada de lujo contemporáneo.
¿A qué público te diriges con esta propuesta?
En realidad, mi propuesta fue, sobre todo, dirigida a personas que entienden bastante la moda, como una forma de expresión superartística y también personal. Es para un público que no teme llamar la atención y que de verdad valora mucho el diseño conceptual, la artesanía y acabados de alta calidad.
Pienso mucho en clientes internacionales que buscan sobre todo piezas únicas y coleccionables, pero sin dejar de lado una audiencia latina, que es de donde yo vengo, que cada vez exige más como propuestas audaces con una identidad supersofisticada.
¿Qué significa ser una salvadoreña presentando moda sofisticada a París?
Es un acto de amor propio y de mucha resistencia cultural. Venir de un país como El Salvador y presentar una propuesta tan sofisticada en una capital tan grande como París es una forma de demostrar que el talento no tiene ningún tipo de fronteras. También es una manera de expandir lo que significa ser salvadoreña.
No solo somos una tradición; también, somos vanguardia y tenemos ideas nuevas y voces que merecen estar en las grandes plataformas, en las grandes capitales, sea París, Londres, Milán o Nueva York.
¿Usaste artesanías salvadoreñas en tu pasarela?
Todos los accesorios que acompañaron mi colección fueron completamente elaborados por artesanas y artesanos 100 % salvadoreños, concretamente de Santa Ana. Yo tomé la decisión de trabajar con ellos porque yo estaba súper consciente que la manipulación del cuero en El Salvador es demasiado buena, de buena calidad y era algo que en realidad no quería desperdiciar.
También quería darle una oportunidad a los artesanos de que tengamos una voz, porque en El Salvador la mano de obra es demasiado precisa, es muy cuidada y tiene una sensibilidad superúnica. Además, la ejecución es excelente y también tiene un valor emocional supergrande, para mí en colaborar con un talento de mi país.
¿Qué mensaje buscas dejar con tu trabajo?
Esta es una pasión demasiado grande para mí, la conexión que siento con esta pasión es demasiado grande y quiero llegar a lo grande… Vamos a llevar el nombre de El Salvador a lo alto.