Nicolás Maduro ha protagonizado varios momentos virales al intentar hablar inglés en discursos y respuestas públicas, lo que las redes han bautizado como “inglés bolivariano”. Cada intento de comunicarse en este idioma ha dejado frases sin sentido y pronunciaciones que provocan burlas, memes y comentarios en todo el mundo.
Uno de los episodios más recordados ocurrió en octubre de 2025, cuando Maduro respondió a Donald Trump diciendo: “Not war, peace”. Su improvisación en inglés fue criticada por la falta de coherencia y la dificultad para entenderlo, generando un nuevo capítulo viral de su particular forma de hablar el idioma.
Una semana después, durante un acto público en Caracas, repitió su mensaje en inglés: “Not war, yes peace, forever, forever, forever, peace forever, not crazy war”. Su intento de enfatizar la paz terminó convirtiéndose en un ejemplo de frases sin sentido, que reflejan su limitada fluidez y su estilo único de improvisación.
En su juramentación presidencial de 2025, Maduro volvió a usar el inglés, combinándolo con español en frases como: “the crown jewel, of imperialism, The United States and Europe … they are defeated”. Este discurso fue ampliamente criticado en medios y redes sociales, consolidando su reputación de hablar un “inglés bolivariano” difícil de comprender.
No se trata de incidentes aislados. A lo largo de los últimos años, Maduro ha improvisado mensajes en inglés hacia líderes internacionales como Joe Biden, con expresiones gramaticalmente incorrectas como: “I you want, I want”. Otros tropiezos documentados incluyen frases como “Stupid, stupid, stupid YouTub” o “prime time” pronunciadas de manera confusa, evidenciando la recurrencia de estos errores.
Aunque no hay un conteo exacto de cuántas veces Maduro ha hablado mal inglés, se han registrado al menos cuatro momentos formales recientes y múltiples episodios en actos públicos y discursos improvisados. Su “inglés bolivariano” parece más una herramienta retórica performativa que un intento de dominar el idioma, generando atención mediática y viralidad, aunque a costa de la comprensión y credibilidad lingüística.
En conclusión, el inglés de Nicolás Maduro se ha convertido en una marca mediática involuntaria, que combina política, humor y viralidad. Cada intento de hablar en inglés refleja su estilo único, limitado en fluidez, pero efectivo para mantenerlo en el centro de la conversación pública internacional.
