Durante décadas, el oriente de El Salvador permaneció rezagado en materia de infraestructura y desarrollo. Sin embargo, bajo la actual administración, se han implementado proyectos que buscan fortalecer la conectividad, impulsar el turismo y dinamizar la economía local.
Entre las principales intervenciones se encuentra el Periférico Gerardo Barrios, en San Miguel, considerada la obra vial más grande en la zona, compuesta por cuatro tramos, pasos a desnivel, ciclovía, puentes y accesos para agilizar el transporte. También se construyó un puente de concreto sobre el río Taisihuat, en el cantón Hato Nuevo, que beneficia a los caseríos Nance Amarillo, El Tamarindo y Las Trojas.
En La Unión, se ejecutó la construcción de un muelle artesanal en Punta Chiquirín para fortalecer la economía local y el turismo comunitario; asimismo, en el municipio de Chilanga, Morazán, se edificó un puente de dos carriles sobre el río El Potrero, mejorando la conectividad de los habitantes.
Otros proyectos incluyen la pavimentación de la vía que conecta San Isidro y San Simón, en Morazán; la construcción del Parque de la Familia en San Miguel; la intervención de tres pasos en el río Las Piñas para evitar el aislamiento de comunidades en Santa Rosa de Lima; la habilitación de una nueva cancha en el Barrio Honduras, La Unión Sur; y un nuevo puente vehicular con pasos peatonales en Pasaquinita, La Unión.
De acuerdo con el Gobierno, estas obras representan un cambio sustancial para una región que durante años permaneció olvidada, y que ahora avanza con paso firme hacia su transformación.