Hace cuarenta y cuatro años, el papa Juan Pablo II fue víctima de un intento de asesinato que conmocionó al mundo. El ataque ocurrió mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano, cuando Mehmet Ali Ağca, un extremista de origen turco, disparó cuatro veces contra el pontífice. Dos de los proyectiles impactaron en su abdomen y los otros alcanzaron su brazo derecho y mano izquierda.
El papa fue trasladado de inmediato al Hospital Gemelli, en Roma, donde fue sometido a una intervención quirúrgica de seis horas que permitió salvarle la vida. El hecho provocó una condena internacional y mensajes de apoyo de líderes como Ronald Reagan, Margaret Thatcher y François Mitterrand.
El 27 de diciembre de 1983, Juan Pablo II visitó a Ağca en prisión, lo perdonó y rezó por él, en un gesto que marcó su pontificado. Ağca fue sentenciado a cadena perpetua, pero fue indultado en el año 2000 y deportado a Turquía. El atentado dio origen a diversas teorías sobre su trasfondo, incluyendo posibles conspiraciones internacionales. El papa llegó a sugerir que el atacante pudo haber actuado por órdenes de terceros.