El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha intensificado sus medidas de seguridad personal, durmiendo en un lugar diferente cada noche y cambiando constantemente de teléfono, según informó The New York Times. Estas acciones reflejan el miedo del dictador chavista ante un posible movimiento decisivo de Estados Unidos para presionar por su destitución.
Fuentes cercanas al gobierno describen un clima de tensión y preocupación en el entorno íntimo de Maduro, mientras el mandatario intenta proyectar normalidad en público con apariciones espontáneas, bailes y videos propagandísticos. Sin embargo, su régimen mantiene prácticas represivas, fraude electoral y control autoritario sobre el país.
Las medidas extremas de seguridad, junto a la ampliación de la presencia de agentes de inteligencia cubanos, muestran un líder acorralado que prioriza proteger su poder por encima del bienestar del pueblo venezolano.
