El estadio Cuscatlán se convirtió en un mar de azul y blanco: banderas gigantes ondeaban desde las gradas, tambores retumbaban marcando el ritmo de cánticos y rostros pintados con los colores nacionales mostraban la pasión de los seguidores.
Las puertas del recinto se abrieron a las 2:00 de la tarde y poco a poco la afición local y panameña fue ocupando cada asiento, mientras vendedores ambulantes ofrecían bufandas, gorras y bocadillos para acompañar la jornada.
Entre la multitud, aficionados recordaban momentos históricos de la Selecta. “Podemos repetir aquel 3-1 del 2008 o el 1-0 del 2021”, comentaban con optimismo, mientras otros se tomaban fotos junto a banderas y pancartas con mensajes de aliento. La espera por el pitazo inicial se llenó de entusiasmo, con cánticos que resonaban por todo el estadio, y el despliegue de la tradicional bandera gigante de El Salvador elevó aún más la emoción.
El partido está programado para iniciar a las 7:00 de la noche, cuando El Salvador buscará sumar tres puntos ante Panamá y mantener vivas sus aspiraciones de clasificar al Mundial 2026, mientras la afición sigue alentando con intensidad, haciendo del estadio un escenario vibrante y lleno de orgullo nacional.